jueves, 18 de enero de 2018

UBA 61 - 51 UCAM Murcia. Infantil femenino 15/16.

De lo muchísimo que disfrute con la generación 2003/04 femenina de UCAM Murcia durante los dos años que tuve el privilegio de entrenarlas, uno de los recuerdos más vivos que tengo es el partido que jugamos en Archena una fría mañana de Sábado en pleno Marzo de 2016. La semana previa al partido fue muy complicada por varios aspectos. Sufrimos una plaga del típico resfriado murciano que, una vez que a finales de Febrero suben un poco las temperaturas y ya nos pensamos que estamos en Primavera, ataca con virulencia con una vuelta repentina del frío que nos pilla desprevenidos a todos. Tanto nos afectó aquello que tuvimos que cancelar algún entrenamiento por falta de jugadoras y para evitar todavía más bajas.

Fuimos a Archena con lo puesto, con el mínimo de 8 jugadoras exigidas para poder disputar el partido. Bueno, realmente sanas había unas cuantas menos, pero muchas de ellas hicieron un esfuerzo realmente encomiable en disputar el partido aún no estando en las mejores condiciones. Al llegar allí el entrenador de Archena nos contó que su semana no había sido mejor que la nuestra.

Entrenar bien durante la semana no te garantiza hacer un buen partido durante el fin de semana. Lo que es seguro es que no entrenar bien (o directamente no entrenar) garantiza no jugar bien el Sábado o el Domingo. Algunas de mis jugadoras se plantaron en Archena aquel sábado solo para evitar una sanción al club por no presentar el mínimo de licencias exigido. María Dolores, un ejemplo para todas sus compañeras por compromiso y esfuerzo (tirando del carro y asumiendo responsabilidades que no tendría por qué haber asumido en muchos momentos complicados) jugó un partidazo tras haber pasado una infernal noche con 39º de fiebre. Que jugase a un nivel extraordinario no era algo raro, pero que lo hiciese en esas condiciones es algo que pocas veces he visto. Y aunque no hubiese tenido su mejor día el mérito del esfuerzo que hizo ese día sería exactamente el mismo.

Los dos partidos anteriores contra Archena (era una liga a 3 vueltas) se habían saldado con derrotas más o menos contundentes, así que teniendo en cuenta nuestro estado esa semana era de esperar otro resultado parecido. Sin embargo durante el primer cuarto jugamos 10 de los mejores minutos de toda la temporada, terminando con una ventaja de 9 puntos (2-11). De ahí en adelante competimos bien, pero las fuerzas se nos fueron marchitando (además de bastantes problemas con las faltas que acabó con alguna jugadora eliminada antes de tiempo) y Minerva, una gran jugadora de Archena que nos tenía tomada la medida, hizo el resto para que acabaran llevándose el partido. Yo no tenía nada que reprocharle a mi equipo, todo lo contrario.

En nuestro equipo también jugaba Andrea, una chica estupenda que tenía (y me consta que sigue teniendo) todas las cualidades con las que sueña un entrenador: interés, humildad para querer mejorar y tenacidad para trabajar. Yo tenía (y sigo teniendo) muchísima fe en sus cualidades y su potencial. Aquel día, siendo ella consciente de lo mucho que el equipo la necesitaba, dio el paso al frente que llevaba toda la temporada pidiéndole y se atrevió a hacer cosas que en una situación menos extrema quizás no se hubiera atrevido. Y por supuesto, lo hizo muy bien. En mi memoria tengo una acción en la que tras coger el rebote en su canasta, se cruzó toda la pista y sacó un 2+1 contra jugadoras más rápidas que ella y con muchos minutos ya acumulados en sus piernas. Su rabia al acabar el partido no hizo sino confirmarme el valor incalculable de Andrea para el equipo.

Personalmente no soy un entrenador demasiado ambicioso ni con aspiraciones de tener una carrera de relumbrón (además de que no tengo nivel para ello). Pero una de las cosas que sí tengo claro es que me gustaría volver a coincidir con Andrea. Da igual la categoría o el tiempo que pase, me gustaría que nuestros caminos se volviesen a encontrar. Volver a jugar un partido como el de Archena pero con un final más agradable. Haberla entrenado durante dos temporadas es una de las cosas que ha dado sentido a mi carrera como entrenador y una motivación para que quiera seguir siéndolo.

Estadísticas:

UBA Archena 61 - 51 UCAM Murcia (2-11, 17-16, 8-7, 24-17).

19 Marzo 2016. 

miércoles, 17 de enero de 2018

UCAM Murcia 85 - 65 EWE Baskets Oldenburg

Seguramente lo que más me gusta de la Champions es el hecho de poder acudir a los partidos sin saber absolutamente nada (o casi nada de los equipos rivales). Cuando uno acude con asiduidad al Palacio de los Deportes acaba familiarizándose con jugadores, entrenadores e incluso árbitros (en algunos casos, especialmente los árbitros) de la Liga Endesa. Pero la Champions te da la opción de llegar virgen al partido, como en LEB. Tienes la opción de ser sorprendido, de que la pregunta "¿Qué hace jugando ahí ese tío?" tenga connotaciones radicalmente opuestas. De la más profunda admiración ante un jugador muy por encima del resto de sus compañeros (acompañado de la muletilla "A ese podríamos ficharlo") al asombro más absoluto ante el pésimo nivel de algún rival (en ese caso más de uno apelará a que "nosotros hemos fichado a gente aún peor, eh.").

Hasta ahora, los equipos que han pasado por Murcia en esta competición han tenido algunas características comunes: Ciñéndonos al juego, son por lo general equipos bastante anárquicos, con escaso rigor táctico y con americanos que acaparan juego y tiros como ocurría hace 20 años en la ACB. Es decir, imprevisibles (sin ir más lejos, el equipo que nos ha visitado este Martes nos cosió a triples en su pista y hoy han acabado con un pésimo 1/17 desde más allá de 6,75). Otro de los aspectos en común que han tenido muchos de los equipos que nos han visitado es que algún díscolo miembro de sus cuerpos técnicos ha acabado enfrentado a la grada. Y son esos pequeños detalles los que harán que dentro de 10 años la afición se acordará mucho más de la Champions que de la Eurocup. La Eurocup efectivamente era una competición muy europea. Muy del norte de Europa. Había un criterio arbitral claro y definido a lo largo de todas las jornadas. La Eurocup destilaba profesionalismo.

La Champions es lo radicalmente opuesto. Destila amateurismo por los 4 costados. Hoy hemos sido testigos de un partido 100% Champions. Si antes del inicio del partido se les hubiese dicho a los espectadores que a final del tercer cuarto se iban a alcanzar unos decibelios que no se oían en Murcia desde la vuelta de Chris Thomas, pocos lo habrían creído. Pero así fue. Un criterio arbitral cambiante y errático que acabó estallando con la descalificación de Ibon Navarro encendió a una grada aletargada. Y despertó a un UCAM Murcia que, a pesar de haber logrado una renta por encima de los 10 puntos, parecía condenado a otro final igualado.

Otro elemento por el que la Champions es una competición interesante es por la manera de afrontarla de nuestros jugadores. Por supuesto que salen a ganar los partidos y su actitud ha sido sobresaliente en lo que llevamos de torneo (a la clasificación hay que remitirse), pero algunos jugadores juegan con más soltura y menos encorsetados que en la Liga Endesa. Sin ir más lejos, hoy Sadiel Rojas ha anotado un aro pasado remontando por línea de fondo tras recibir en la esquina que en otra circunstancia (si el rival fuese Joventut y no Oldenburg) habría acabado directamente en tiro de 3 puntos. Otra acción que no habíamos visto en su repertorio ha sido el triple con doble paso hacia atrás después de hacer volar a su defensor.

El partido de Ovie Soko ha sido colosal. Hacía mucho tiempo que no veía un partido a este nivel en el que un jugador generase tanto desequilibrio desde una situación concreta (recibir en poste medio y jugar 1x1). Las respuestas desde el banquillo rival han llegado tarde y han sido ineficaces.

Me preocupa el partido de Kevin Tumba. Nunca será un arma ofensiva, pero sabías que defensivamente aportaba intimidación, defensa y rebote. Hoy en ninguno de esos aspectos ha estado bien. Además, si bien a Marcos Delía se le ve una evolución en su juego ofensivo, Tumba está estancado. Hace exactamente lo mismo que cuando llegó a Murcia. Cierto es que Oldenburg tenía unos pivots bastante móviles y que jugaban muy abiertos, pero ha habido algunos detalles en el cierre del rebote y en la defensa del bloqueo directo que demuestran que el belga está lejos de su mejor nivel.

Ante la expulsión de Ibon Navarro ha debutado como primer entrenador Alberto Miranda, uno de sus ayudantes. La verdad es que lo he visto muy nervioso al principio, hablando mucho con el resto del cuerpo técnico y con el resto de jugadores. Realmente era una papeleta complicada, con los jugadores desquiciados ante lo que consideraban una labor arbitral desfavorable y perdiendo cada vez más renta. Ha optado por no arriesgar con los cambios y ha conseguido incluso ganar el average con los alemanes. Yo pensaba que por experiencia y tiempo de permanencia en el club iba a dirigir Pepe Rodriguez (para poder cantar con razón aquello que le cantan en las oficinas del club. "Pepe Rodriguez, primer entrenador"), pero sin duda una eventualidad así está hablada de antemano y Alberto Miranda será en lo sucesivo el sustituto de Ibon en caso de que vuelva a ser descalificado ( o si hay sanción en competición europea, que no sería descartable viendo como ha  seguido protestando una vez que lo han expulsado).

Ahora que se ha puesto a tiro, y sabiendo que no nos podemos cruzar con un equipo español (como me ha señalado un lector), molaría ver a un equipo de los que quizás no volvamos a ver por aquí, lo más exótico posible. Quien sabe que jugador sorpresa podría traer ese equipo, o qué miembro del cuerpo técnico acabará a la gresca con la gente.

jueves, 14 de septiembre de 2017

CB Murcia 67 - 69 Baloncesto León. Jornada 6. LEB Oro 2010/2011


Foto: fbrm.org


La última temporada que hasta ahora se ha disputado en LEB Oro fue una temporada de record: 30 victorias y tan solo 4 derrotas (record en la categoría), con un impresionante balance de 16-1 en los partidos disputados fuera del Palacio de los Deportes. Sin embargo, y al menos a principio de temporada, el equipo se mostró mucho más titubeante como local.

En la primera jornada Breogan se llevó la victoria en la recta final por 83-87, en un partido que el CB Murcia creyó ganado demasiado pronto. Dos semanas después, el por entonces muy modesto CB Palencia no lo puso nada fácil, resolviéndose el partido en el último cuarto (69-61). Tras otras dos victorias a domicilio (61-64 contra Clínicas Rincón y 57-69 en Melilla), parecía que el rumbo se había enderezado y cabía esperar la mejor versión del equipo. Y en esas llegó a Murcia el Baloncesto León.

Aquel Baloncesto León era apenas una sombra del equipo que poco tiempo antes había deslumbrado en ACB, de ser la versión castellanoleonesa del CB Murcia de los 90. Aquel club estaba en la ruina y agonizando. Hasta bien entrado el verano no se supo si finalmente podrían competir en LEB Oro aquella temporada. Una vez que se confirmó que competirían tuvieron que confeccionar la plantilla a contrarreloj y con un margen económico muy ajustado. No parecía por lo tanto que los leoneses fueran a ser uno de los equipos punteros aquella temporada.

Pero afortunadamente en el baloncesto no siempre 2+2 son 4, y aquel Baloncesto León empezó la temporada como un tiro, con 5 victorias en las 5 primeras jornadas. Con ese incontestable y sorprendente bagaje llegaban a Murcia. Posteriormente el equipo dio signos de una mayor irregularidad, si bien lograron acabar la temporada en una muy meritoria quinta posición con 20 triunfos y 14 derrotas. En los play-off, ya con claros signos de agotamiento, cayeron en primera ronda contra Breogan por 3-1.

En el entorno del CB Murcia no se le daba demasiado crédito durante la semana previa al partido al buen momento que atravesaba León, y no se esperaba otra cosa que nuestra victoria. Pero al poco de dar comienzo el encuentro todos nos dimos cuentas que arrancarle la victoria a Baloncesto León no iba a ser nada fácil.

Aquel partido era especial para mi por otro motivo. Aquel año era segundo entrenador en uno de los benjamines del club, ayudando a Edu Penalva. En el descanso de aquel partido iba a ser la presentación de los equipos de la cantera del club, saliendo todos los jugadores a la pista. Para ello, se nos convocó a jugadores y entrenadores antes del final del segundo cuarto en las entradas a la pista situadas en las esquinas. Y fue justo ahí cuando lo imprevisto se materializó y un partido que no tendría por qué haber tenido mayor trascendencia en mi memoria se hizo inolvidable: Quedando pocos segundos para el descanso Faverani anotó una canasta debajo del aro para el CB Murcia. Baloncesto León sacó rápido de fondo y recibió la pelota uno de sus exteriores (no he podido descubrir quien es), que desde su propio campo (a 5 metros de la línea de centro del campo y pegado a la banda) clavó un canastón que no valió porque al mismo tiempo que su equipo sacaba, el entrenador Javier Gonzalo de Grado pedía tiempo muerto para esos pocos segundos que quedaban.

En Youtube hay vídeos con decenas de canastas más difíciles y más trascendentales, pero aquella en concreto la vimos desde una perspectiva inmejorable, desde la entrada a pista en la esquina y en la trayectoria que siguió el vuelo del balón hasta la canasta. Recuerdo que los niños no la vieron porque estaban demasiado impresionados de tener a Vulpi al alcance de la mano.

En la segunda parte el CB Murcia fue incapaz de despegarse en el marcador y una serie de malas decisiones en ataque durante la recta final nos condenaron. Umeh tuvo en la última posesión del partido la opción de llevarlo a la prórroga, pero su asistencia a Taggart (que si mal no recuerdo vino temporalmente a sustituir a Taj Gray) no fue buena y los leoneses acabaron ganando.

Obviamente en aquel momento no lo sabíamos, pero aquel fue el último partido que Baloncesto León disputaría en Murcia. La temporada siguiente, con el CB Murcia ya en ACB, sería la última en la historia del club con aquella denominación. El ayuntamiento tiró la toalla y disolvió la sociedad en el verano de 2012. Actualmente sobrevive el Fundación Baloncesto León, un club heredero con su misma estructura de cantera y con un primer equipo en EBA que se nutre de sus categorías inferiores. Su desaparición de la élite, así como de otros equipos como Alicante, Valladolid o Granada, le ha hecho un flaco favor al baloncesto. No solo porque han dejado a núcleos de población muy importantes y a sus aficiones sin la ilusión de competir al más alto nivel, sino porque en el espectador medio esto genera una confusión importante. ¿Como es posible que un equipo que apenas 5 años antes se codeaba con los grandes desaparezca sin dejar rastro? Las caídas libres en el fútbol también ocurren, por supuesto. Pero esas desapariciones repentinas en verano son mucho menos frecuentes.

Los recuerdos de la infancia tienen mucha resonancia y eco en el futuro. Podrá parecer una estupidez, pero al baloncesto español lo considero incompleto cuando veo que han pasado muchos años, demasiados, sin ver por el Palacio de los Deportes a equipos como Breogan, Lucentum o el mismo Baloncesto León. Equipos que tenían una plantilla con 3 americanos tan buenos como los nuestros y que tenían la desfachatez (a ojos de mi yo niño) de venir al Palacio de los Deportes a ganarnos. Es paradójico, porque seguramente habré visto en el Palacio más veces a Bilbao (por poner un ejemplo y siendo un equio con mucha historia y mucha relevancia) o Tenerife que a esos equipos, pero en mi subconsciente León o Breogan siguen siendo equipos más importantes y con solera. Cosas de los recuerdos y de como magnificamos las cosas siendo niños.

El vídeo de aquel partido contra Baloncesto León puede verse pinchando aquí. La secuencia del canastón puede verse desde el 45:10, desde la canasta previa de Faverani. La calidad del vídeo es infame (por eso no he podido descubrir quien la encestó), pero es lo habitual en el canal de la FEB. Donde por cierto están todavía muchos partidos de aquella temporada.

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domingo, 10 de septiembre de 2017

Primeras impresiones de la pretemporada.

Las pretemporadas nunca han sido una buena fuente para sacar conclusiones fiables. De hecho, todo el mundo suele encontrar argumentos que a su juicio ratificaban lo que ellos estaban vaticinando que podría pasar. Si a esto añadimos que todavía faltan varios jugadores por incorporarse a la dinámica del equipo y que las dos principales referencias interiores ofensivas del equipo están lesionadas sin una fecha concreta de incorporación, lo visto hasta ahora de UCAM Murcia no debería hacernos sacar demasiadas ideas. De todos modos, algunos detalles si que han resultado muy llamativos:

-Todos hemos podido ver las broncas que le suelta Ibon Navarro a Julen Olaizola a lo largo de los partidos. Un espectador medio pensaría que el entrenador tiene crucificado al jugador y no confía en él, pero seguramente sea todo lo contrario. Los entrenadores siempre tienen muchos frentes abiertos y tienen que elegir muy bien donde centrar sus esfuerzos. Si Ibon Navarro no confiase en Olaizola o no pensase que pudiese ayudar el equipo, no se esforzaría tanto en corregirlo. Posiblemente Julen no mejore las condiciones que tenía Víctor Arteaga, pero es un jugador comprometido y por lo que me han contado muy humilde. Cuando Tumba regrese del Eurobasket y Faverani se recupere de la lesión tendrá muy difícil contar con minutos tanto en ACB como en Champions. La lesión de Antelo (unida a que el club no parece estar actuando con especial celeridad para encontrar un sustituto), que puede reestructurar el rol de algunos jugadores (llevando a Soko o a Delía al 4), podría hacerle contar con más minutos de los que en un principio iba a disfrutar.

-Al igual que los errores de un portero en un equipo de fútbol destacan más y parecen peores que los del resto del equipo, el base de un equipo de baloncesto está más expuesto que el resto de sus compañeros a que sus equivocaciones destaquen. Alberto Martín hasta ahora ha sido capaz de lo mejor y de lo peor. Casi todo lo bueno ha estado relacionado con acciones de transición que él mismo ha finalizado. En la toma de decisiones, sin embargo, se han visto errores que ya cometía antes de su paso por CB Clavijo. Si bien su selección de tiro ha mejorado considerablemente, su lectura en situaciones de contraataque todavía no está a la altura de alguien cuya principal virtud es la verticalidad al aro. Tiene que mejorar la calidad y el timing de los pases. Con Hannah y Kloof por delante en la rotación, no parece que esta pretemporada hasta el momento vaya a contribuir a que vaya a contar con más minutos de los que en un principio se esperaría de un tercer base.

-Lo que se ha visto de Kloof no difiere demasiado a lo que se ve en los vídeos de Youtube. Un tren inferior impresionante pero escasa capacidad de lectura de situaciones de bloqueo directo. Su tiro a media y larga distancia no es, desde luego, su mejor arma. Buen defensor en situaciones de 1x1, tiene que mejor su actitud y lectura del espacio cuando el jugador al que defiende no tiene el balón.

-Si algo invita al optimismo de lo que hemos visto, es la pareja de escoltas Oleson-Benite. Muchos puntos en sus manos, capacidades de anotar en situaciones de 1x1 y de desatascar el juego cuando haya dificultades anotadores. Es de suponer que compartirán muchos minutos en pista, especialmente en finales de partido por decidir.

-La lesión de Antelo, salvo contratación previa al inicio de la competición, obligará a Soko a jugar muchos minutos de 4. Particularmente es un jugador que no me convence (ni de 3 ni de 4). Al igual que la mayoría de jugadores británicos, está muy influenciado por el estilo de juego americano pero sin las cualidades técnicas de estos y con sus mismas lagunas tácticas. No ha sido extraño ver a Ovie pegándose un tiro con dos defensores encima teniendo a compañeros libres en las esquinas. Defensivamente ha dejado mucho que desear, sobre todo en lo referente a actitud. Mucho trabajo tiene Ibon Navarro por delante con este jugador, en el que personalmente no tengo depositadas demasiadas esperanzas.

-Marko Lukovic ha sido en muchos aspectos una sorpresa muy agradable. Las comparaciones con Radovic son inevitables, pero yo veo a dos jugadores con evidentes diferencias. Para Lukovic el tiro exterior es un arma con mucho más peso de lo que nunca fue para Radovic. Tira mejor (y lo que es más importante) y más rápido que Nemanja. Además carga el rebote ofensivo y es buen finalizador cerca del aro. Por contra, carece de su juego de espaldas al aro (o al menos todavía no lo hemos visto).

Según Sadiel Rojas y Marcos Delía vayan completando entrenamientos con el equipo y se incorporen Hannah y Tumba iremos viendo algo parecido a lo que será el equipo a lo largo de la temporada. Siempre teniendo en cuenta que las pretemporadas no son indicativo, a nivel de resultados, de lo que puede ofrecer un equipo una vez iniciada la competición.

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jueves, 31 de agosto de 2017

Polaris World Murcia 95-90 TAU Cerámica. J. 19 2006/2007


Cuando uno piensa en el concepto de periodista deportivo, lo lógico es pensar en cierta medida en personas afortunadas. En personas que de primera mano viven, transmiten y analizan gestas, hazañas y sorpresas. En profesionales que no pueden perder la compostura ante lo imprevisible, ante lo nunca antes acontecido. En definitiva, gente que escapa de la rutina en el más peyorativo de sus significados. Sin embargo, nada habría en la temporada 2006/07 más rutinario que informar del Polaris World CB Murcia en sus partidos lejos de Murcia (si es que alguien lo hacía). Hasta la disputa de la jornada 18, el balance del equipo entonces entrenado por Manolo Hussein era de 2-8 en sus partidos disputados fuera del Palacio de los Deportes, la mayoría de ellos perdidos por margenes holgados y sin opción de competirlos.

Dos pírricas victorias, en Alicante y Menorca, era el botín que había sacado el equipo como visitante hasta la fecha. Y esas dos serían las únicas a lo largo de la temporada puesto que en toda la segunda vuelta no se consiguió ganar fuera de casa. 

No es difícil, por lo tanto, ponerse en la piel de esos periodistas errantes. No es difícil imaginar su ánimo (o más bien, la falta del mismo) ante la perspectiva de recorrer cientos de kilómetros, narrar o hacer una crónica de un partido finiquitado desde el primer cuarto y deshacer todos esos kilómetros con la certeza de que 2 semanas después la historia volvería a repetirse.

La última semana de Enero de 2007 no tuvo que ser fácil en el Polaris World CB Murcia. Una sonrojante derrota por 83-64 contra el GBC (una de los peores equipos de la Liga) había acabado por agotar la paciencia de una afición cansada y confusa ante la evidente diferencia del nivel mostrado por el equipo en los partidos como visitante respecto a los partidos como local. Recuerdo ver el partido por 7RM y llegar a pasarlo mal a partir del tercer cuarto, cuando la ristra de excusas se les acababa a los comentaristas (que tendrán su propia entrada más adelante), y que en cualquier momento parecía que iban a quitarse los cascos y abandonar sus puestos a la carrera.

Plantilla y entrenador estaban en el punto de mira durante esa semana de Enero. Y siguiente rival que visitaba Murcia no era el mejor en una situación como esa. Llegaba el TAU Cerámica con una de las mejores plantillas que la ACB han visto nunca: Scola, Prigioni, Rakocevic, Teletovic y Splitter, entre otros. Un equipo impresionante, una conjunción de talento muy difícil de ver fuera de Barça o Real Madrid. Ese año el TAU quedó apeado en semifinales del playoff por el Barça (que había hecho una Liga Regular bastante discreta) y se quedó a las puertas de la final de la Euroliga, pero la perspectiva de lo que fue ese equipo nos la dan las trayectorias posteriores de esos jugadores, con roles muy importantes en la NBA, la Euroliga y con las selecciones. Según estos jugadores han ido demostrado su nivel con el paso de los años, más inverosímil parece lo que habría de acontecer aquel 28 de Enero de 2007.

Yo contaba por entonces con 21 años. Entre las muchas insensateces que se cometen a esa edad, una de ellas era que los amigos con los que iba a los partidos y yo teníamos la costumbre de sentarnos en la grada alta. Justo en la época con menos respaldo social de la historia del club (al menos en ACB), cuando las gradas del Palacio de los Deportes presentaban un aspecto gélido y desolador, cuando era posible llegar 5 minutos antes del inicio del partido y sentarse en primera fila, nos gustaba ponernos en grada alta. En lo más alto de la grada alta. Gente muy extraña pululaba por esos lares. La selección natural que supone tener que subir las escaleras, hacía que se juntasen los dos extremos del espectro de posibles asistentes a un partido en esas filas: Gente extremadamente desubicada que seguía a rajatabla el asiento que indicaba la invitación de turno, o bien gente que lo tenía muy claro. Insensatos como nosotros.

Aquella mañana nada más sentarnos advertimos que ni Terrell Myers ni Marcus Fizer estaban haciendo el calentamiento con el resto del equipo. "Tíos, tios, que no juegan ni Fizer ni Myers, ¿qué les pasa?" Y como respuesta una mueca de "¿como voy a saber qué les pasa si hace 10 horas te estabas tomando las cervezas a mi lado?"

Uno siempre va al Palacio con cierto optimismo ante un rival de entidad, esperando dar la sorpresa pero al mismo tiempo poniéndose la venda antes de la herida, en caso de caer derrotados. Pero con aquellas dos bajas (más la de Howard Brown), pensar en sacar algo contra el TAU era demasiado atrevido. Y con 21 uno no se resigna a disfrutar de Prigioni o Scola, aunque jueguen en el equipo contrario. Me gustaría recordar como afrontamos la cuenta atrás en el calentamiento (siempre llegábamos un cuarto de hora antes por aquella época) hasta el salto inicial, pero me es imposible. Solo puedo conjeturar, pero conjeturo como persona de 32 años, no de 21.

El inicio del partido fue clave. Goran Dragic, que por entonces ya estaba muy cuestionado (tan cuestionado que pocas semanas después acabó llegando el entrañable Vetoulas), jugó en esos 10 primeros minutos su mejor baloncesto con nuestra camiseta. En ese rato demostró las cualidades que lo habían hecho fichar precisamente por el TAU Cerámica (y que nos cedió a nosotros). En esos 10 minutos anotó 11 de los 14 puntos que anotó en todo el partido, casi todos ellos en situaciones de penetraciones al aro para asombro de la grada y desesperación de Perasovic (el entrenador de Baskonia). Dirigió con criterio un ataque que tenía lesionadas sus principales referencias ofensivas y dejó de ser el agujero defensivo bisoño e ingenio que hasta ese momento había demostrado ser (y que volvió a ser a la siguiente jornada).

Acabamos el primer cuarto con 7 puntos de ventaja (24-17) y recuerdo lanzar uno de mis certeras e infalibles predicciones: "Si queremos tener alguna opción, tenemos que llevar el partido a un tanteo bajo porque ellos tienen muchos más recursos ofensivos". El tanteo del siguiente cuarto fue de 29-26, dando en el clavo en mi profecía. Al descanso llegamos con una ventaja de 10 puntos (53-43). La gente se frotaba los ojos y si bien estaba muy satisfecha con la primera parte, daba rabia pensar en que en el momento clave nos iban a fallar las fuerzas con una rotación tan corta. Hussein utilizó para aquel partido a 7 jugadores (más los testimoniales 13 segundos de Pedro Fernández). Triguero, Robles, Risacher, Thompson y Dragic jugaron aquel día más de 30 minutos. Alguno de ellos ni había rotado antes del intermedio.

Sinceramente, poco recuerdo del partido antes del descanso. Pero de los dos últimos cuartos hay dos cosas que no se me van a olvidar en la vida: Una de ellas fue la exhibición de Mirza Teletovic desde la línea de 3 puntos. Las estadísticas dicen que anotó 6/11 en esa posición, pero desde la grada pareció mucho más. TAU resistió en el partido hasta el final a golpe de triple de Teletovic. Nuestros puntos no eran tales, eran pequeños milagros que salían de las manos de Risacher o Robles. Pero Teletovic respondía con apenas 8 segundos de posesión consumidos de forma inmisericorde e implacable. Y cuanto más anotaba y desde más lejos, más braceaba la grada de desesperación. Muchos jugadores han pasado desde entonces por el Palacio que han hecho mucho mejores números, pero aquella exhibición de Mirza Teletovic es inolvidable. Esa sensación de ser absolutamente imparable y de resignarse cuando el balón salía de sus manos hacia canasta.

El otro hecho inolvidable de aquel partido fue la irrupción de Oscar García. Hasta aquel momento Oscar García nos parecía como el chaval que no sabes muy bien como ha llegado allí, un tipo afortunado. Como el bajista de una banda con mucho éxito que no aporta nada en las composiciones pero que igualmente gana una fortuna y hace giras multitudinarias. Aquel día nuestra percepción cambió, al menos temporalmente (hasta que unas temporadas después casi lesiona a Pedro Robles jugando con Lleida en el Palacio). Hussein, necesitado de una rotación extra para dar aire a sus interiores, le dio 11 minutos en pista. En ese tiempo cometió 4 faltas personales... Perdón, le pitaron 4 faltas personales. Hizo muchas más, pero afortunadamente no se las pitaron (para desesperación de Scola). Y anotó 2 triples de 3 intentos. Dos triples celebrados casi como el gol de Iniesta. Por la grada, por supuesto. Pero también por él. Dos triples imprevisibles, salidos de la falta de atención del TAU. ¿Por qué iban a detenerse los entrenadores del TAU en hacer scouting de un tío que apenas jugaba? Nadie podía imaginar que Oscar García desde la esquina tenía una fiabilidad parecida a la de Jeff Hornacek (como demostró en las temporadas siguientes). Pero el primer triple fue mucho más espectacular. Frontal y punteado por Scola. Oscar García clavándole un triple en la cara a Scola.

6 puntos anotó Oscar García aquella mañana. Y por 5 puntos gano el CB Murcia. No podía explicarse de mejor manera el papel fundamental que tuvo en aquella victoria.

Mientras escribo esto me viene a la memoria un recuerdo muy concreto de aquel partido. Tras una gran defensa nuestra durante 23 segundos, Fred House clavó sobre la bocina un triple a 8 metros que los ponía a un punto. Ahí se apoderó de mi un pesimismo que Oscar Garcia primero y Risacher después, borraron de un plumazo con 2 triples seguidos.

Hasta el final del partido busco el TAU la remontada, pero al final la gesta se consumó. Yo no se que sentirán los seguidores de los equipos grandes al ganar la Liga o la Copa (lo que se espera de ellos), pero me cuesta imaginar un entusiasmo mayor por cualquier victoria que la que se veía en la gente al bajar las escalinatas. Aquel partido hizo a mucha gente volver atrás en el tiempo y rememorar cuando a principios de los 90 los grandes perdían en Murcia y era una cancha temida y respetada. En cierto modo, aquella victoria contra el TAU no era una forma de mirar con optimismo al futuro, si no una forma de volver al pasado. Un guiño al tiempo en el que la masa social hacia que el Palacio se quedase pequeño e incluso una temporada fuésemos la mejor afición de toda la Liga.

Y como yo había previsto, ese partido solo fue posible ganarlo llevándolo a un tanteo bajo. Un rácano 95-90.


Estadísticas del partido.

Crónica ACB.com

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miércoles, 30 de agosto de 2017

Empezamos

Fue un 19 de Febrero de 1995. Con mis por entonces 9 años asistía a mi primer partido del CB Murcia en el Palacio de los Deportes. Se diputaba la jornada 29 y el rival era el Amway Zaragoza. Las opciones de entrar en play-off estaban intactas. Yo por entonces no tenia ni idea de qué era eso, pero la gente no paraba de repetirlo con mucha ilusión, así que asumí que sería algo bueno.

Aquel día el CB Murcia dejó escapar el partido en la recta final y perdió 90-99 (justo el mismo resultado con el que habíamos ganado en Zaragoza en la primera vuelta, de eso sí me acordaba). Pero a pesar de la decepción aquella tarde marcó un antes y un después. Porque aquella tarde pude ver a más de 7000 personas rugiendo en la grada, en una comunión equipo-afición como no se ha vuelto a dar. Pude ver a mi padre y mi hermano mayor casi perder la compostura ante el devenir del partido. Pude ver la exhibición extraterrestre de Johnny Rogers. Aquella tarde sigue muy viva, y de hecho está más viva según pasan los años.

Aquella tarde, mientras farfullaba al bajar las escaleras, no podía imaginar que muchos años después tendría el privilegio de formar parte de la cantera del CB Murcia como entrenador durante casi una década.

Como seguidor he viajado mucho menos que como entrenador, lo reconozco. De hecho, como entrenador no me quedan demasiados rincones de la Región de Murcia que visitar ni demasiados pabellones nuevos en los que jugar. He buscado pabellones en Archena mientras el navegador nos llevaba por una rambla en mitad de una lluvia. He cruzado el Puerto de la Cadena a una velocidad a la que ni yo mismo me creeía capaz de conducir porque entre el final de un partido en Alcantarilla y el inició de otro en San Javier (entrenando a dos equipos distintos) había un intervalo de 20 minutos. He tardado más de una hora para encontrar un pabellón en La Alberca yendo desde Murcia.

Como aficionado, he visto a mi equipo vestir con 4 colores diferentes. He visto defender la camiseta a jugadores de los que hemos dicho "No me puedo creer que ese tío haya jugado en nuestro equipo" con connotaciones muy diferentes, radicalmente opuestas. He visto pasar sin pena ni gloria a gente como Goran Dragic o Bojan Bogdanovic, jugadores importantes en la NBA. Y la misma expresión de incredulidad hemos utilizado al pensar en Amara Sy o Héctor Romero (aquel que en la época de Polaris debutó haciendo un airball en un tiro libre). Como aficionado he (hemos) visto muchas cosas. Y todas ellas las recuerdo desde lo concreto. Me es imposible recordar los partidos de una forma conjunta. Siempre tengo que tirar del hilo.

No necesariamente hablaré de victorias inesperadas o derrotas calamitosas (que también). Muchos de los recuerdos que tengo en mente corresponden a partidos verdaderamente anodinos en nuestro devenir. También en mi trayectoria como entrenador sucede lo mismo, aunque en este caso los recuerdos van ligados a personas que han acabado siendo muy importantes dentro y fuera de la cancha.

Les invito a que participen y colaboren de sus recuerdos, ya sea colaborando directamente o haciendo sugerencias.


recuerdoscbmurcia@gmail.com